Si quieres saber qué es mejor, correr o andar, puede que hayas llegado al lugar adecuado. Aunque dependerá en buena parte de tus gustos personales, lo cierto es que escoger la mejor actividad para ti tiene que basarse también en contar con información lo más completa posible.
Andar o correr. ¿Qué es mejor?
Todos queremos ejercitarnos de la mejor manera y cada cual tiene sus necesidades y preferencias. Por esa razón es importante que pienses cuál es tu prioridad. ¿Mejorar tu estado de ánimo? ¿Entrenar para una competición? ¿Cuidar tu salud? ¿Perder peso? Si quieres saber si adelgaza más correr o andar, no tienes más que comparar sus efectos en diferentes ámbitos. Veámoslos.
Beneficios a largo plazo
Las enfermedades metabólicas y cardiovasculares son, en buena parte, consecuencia del estilo de vida; una dieta adecuada, no fumar y combatir el sedentarismo son factores importantísimos para evitarlas. En ese sentido, tanto correr como caminar tienen efectos positivos, aunque hay leves diferencias.
Por ejemplo, según algunos estudios recientes, caminando y corriendo disminuyes el peligro de padecer diabetes en un 12 %. Sin embargo, caminar es más beneficioso para controlar los niveles de colesterol en sangre o prevenir las enfermedades coronarias y la hipertensión. La reducción de estos riesgos al caminar frecuentemente está cerca del 8 %, mientras que al correr solo es del 4 %.
Cuida las articulaciones
Nunca como en este caso ha sido mejor prevenir que lamentar. Al correr sometes a las articulaciones de los miembros inferiores a una carga que se multiplica por tres en comparación con la que soportan al caminar, por lo que te expones a lesiones que no siempre son fáciles de resolver. En las personas con sobrepeso este problema se acentúa en proporción directa al exceso de kilos, por lo que debes sopesar este hecho cuando decidas si andar o correr y qué es mejor para ti.
Otro aspecto importante son los accidentes, que pueden ocasionarse por ir a gran velocidad o por las características del terreno. Al correr tienes una probabilidad mayor de resbalar o tropezar y sufrir una caída. ¡Lo que te faltaba!
Disfrutar ante todo
Esa descarga de endorfinas que te libera del estrés y te hace sentir tan bien es producto de la actividad física intensa y sostenida. Si quieres conseguir dicho efecto físico y anímico, correr es, definitivamente, mucho mejor. Pero hay más: esta actividad incrementa el rendimiento intelectual y mantiene activa la memoria. Por otra parte, te ayuda a prevenir problemas neurológicos como el ictus, lo que no es poco. ¡Cuidarás de tu cabeza tanto como de tu cuerpo!
¿Qué adelgaza más: correr o andar?
Si te preguntas qué adelgaza más, correr o andar, tenemos malas noticias: no hay una respuesta. El efecto positivo de perder peso es más o menos el mismo en ambos casos. Y es que lo que importa para quemar calorías, más que la velocidad, es la distancia recorrida. El trabajo de desplazar una masa (tu cuerpo, en este caso) una distancia determinada es el mismo, independientemente de la velocidad a la que se haga.
Así que si quieres adelgazar pero no te sobra el tiempo, correr es lo más adecuado para ti. Recorrerás el mismo camino mucho más rápido, y resultará igualmente beneficioso para tu organismo. Y si buscas lo mejor de ambos mundos, puedes caminar para cuidar las articulaciones mientras pierdes los primeros kilos, para después empezar a correr para alcanzar tu peso adecuado y mantenerlo.
Power walking o brisk walking
Hay una modalidad de caminata que puede interesarte: se trata de andar de manera que obtengas el máximo beneficio físico de este ejercicio. ¡Y es muy diferente a dar un paseo relajado! El power walking solo requiere andar con un ritmo y una frecuencia óptimos. Con el vigor suficiente, conseguirás acelerar tu ritmo cardíaco de manera sostenida y te aproximarás al efecto cardiovascular que obtiene un corredor.
Lo ideal es hacerlo todos los días durante al menos 45 minutos y manteniendo la postura idónea. Para ello necesitarás usar unas zapatillas muy cómodas, pero que te brinden sujeción. Además, la ropa debe ser holgada y de una tela que permita transpirar, como el algodón. Mantén todo el tiempo una marcha rítmica y acompasada con tu respiración, que debe ser profunda y regular.
La mejor postura para este tipo de caminata es ir bien erguido, contrayendo ligeramente los músculos del abdomen y la zona de los glúteos. Los ojos deben fijarse unos metros más adelante; no hay que mirar hacia abajo, para que la cabeza se mantenga derecha. Los hombros y los brazos han de estar relajados, acompañando el movimiento, con los codos ligeramente flexionados. También debes evitar las zancadas: los pasos deben ser de una longitud que te permita caminar de forma fácil y regular.
¿Cómo escoger la mejor opción?
Podemos resumir toda la información anterior de la siguiente manera. Si eres una persona con sobrepeso, sedentaria y con preocupación por tu salud, caminar es la mejor manera de hacer ejercicio, al menos para empezar. En el caso de presentar una lesión en la espalda o en las articulaciones de las piernas, como las rodillas, es tu mejor opción.
Pero si estás en buena forma, tu peso es el correcto y acostumbras a tener actividad física de forma regular, correr puede que sea la manera más adecuada de ejercitarte. Más aún si quieres resultados a corto plazo y no dispones de suficiente tiempo libre.
Los efectos positivos de ambas actividades son similares: reducen los niveles de colesterol en sangre, previenen las enfermedades coronarias, la hipertensión o la diabetes, y ayudan a perder peso. Y los efectos psicológicos también son similares: mejoran el autoestima y el estado de ánimo, alejando la depresión y el estrés.
Ahora que conoces un poco mejor los beneficios de cada una de estas actividades, estás en condiciones de responder la pregunta que hicimos al principio: ¿qué es mejor correr o andar? Sin duda, la última palabra la tienes tú. ¡Déjate de excusas y cálzate unas zapatillas!