Las posturas de meditación te ayudan a lograr una mejor relajación y concentración. Y es que su práctica constante permite llegar a un estado de paz interior difícil de explicar. Este es un ejercicio mental que se ha llevado a cabo desde hace miles de años y que reporta muchos beneficios, ampliamente demostrados. ¿Estás pensando en empezar a practicarlo?
Las mejores posiciones para meditar
Entre los efectos positivos de la meditación se cuentan la estabilidad emocional, la supresión del estrés y de la ansiedad, la plena conciencia del ser, la reducción de la presión sanguínea y el estímulo del sistema inmune. Las diferentes posiciones te posibilitan encontrar una que te resulte verdaderamente cómoda, en la que concentres tu atención con mayor facilidad. ¡Incorporar esta rutina a tus hábitos y aficiones será sencillo y muy positivo!
El uso de un zafu o cojín redondo puede ayudar a relajarte; de hecho, quizá debas probar varios antes de dar con el que mejor se adapte a ti. En general, cuanto menos flexible sea la persona, más alto deberá ser el cojín, que de promedio tiene unos 20 centímetros en su diámetro menor. Una banqueta de meditación también puede ser útil para lograr posiciones como la seiza.
La postura de meditación zen y sus variantes
Es una de las más antiguas, pues hay evidencias arqueológicas de que se usaba hace 4.500 años. Es la que puedes ver en muchas imágenes y estatuas de Buda. De hecho, se dice que fue la que adoptó cuando alcanzó la iluminación.
Es probable que esta sea tu mejor posición para meditar. En ella el tronco debe estar erguido con la tensión precisa a fin de mantenerse así, pero sin contraer en exceso los músculos. Debes mantener la cabeza derecha, como si un hilo la tensara desde la coronilla, y bascular un poco la pelvis hacia delante hasta hallar tu punto de equilibrio. Los brazos deben pender relajados, no muy cerca del cuerpo, con los hombros un poco echados hacia atrás; eso acercará los omóplatos, para liberar al cuello de su tensión. La colocación de las piernas determinará diferentes variantes de esta postura de meditación zen. Puedes ir adoptándolas de forma progresiva.
Por otro lado, los mudras son diferentes posiciones en las que puedes colocar las manos durante la meditación. Son gestos sagrados que tienen el poder de concentrar la energía. Uno de los más comunes es el mudra del vacío: habrás de colocar una mano sobre la otra, en el regazo, con las palmas hacia arriba y las puntas de los pulgares en contacto. Para el mudra de la armonía pondrás las manos sobre las rodillas, con el pulgar y el índice tocándose y los dedos restantes relajados.
La postura birmana
En esta posición te sentarás sobre el zafu con las rodillas flexionadas. Colocarás el talón del pie izquierdo frente a tu zona genital, y el talón del pie derecho tocando el dorso del otro pie.
La postura del cuarto de loto
Si la postura precedente te resulta cómoda y te facilita meditar, es el momento de avanzar hacia la siguiente. Partiendo de la misma posición del pie izquierdo, ahora colocarás el dorso del pie derecho contra la pantorrilla contraria.
La postura del medio loto
Muy similar a la del cuarto de loto, pero requiriendo algo más de flexibilidad. Partiendo de la postura birmana, el dorso del pie derecho reposará contra la cara interna del muslo izquierdo.
La postura del loto
Si has ido superando las posiciones ya descritas, podrás adoptar la meditación en la postura del loto. Sin embargo, al principio puede resultar difícil mantenerla por un tiempo prolongado, ya que es avanzada.
Colocarás el pie izquierdo sobre la cara interna del muslo contrario, y el pie derecho reposando sobre el muslo izquierdo. Debes acercar lo máximo posible ambos pies a las ingles, y con ello quedar apoyado sobre las rodillas y los glúteos para lograr la estabilidad.
Otras posturas de meditación
Si bien la meditación zen y su postura son lo más recomendado, si la aprendes bien pronto será como montar en bicicleta: no la olvidarás jamás. Por eso, si buscas nuevas experiencias, nada impide que adoptes otras que quizá sean más costosas de ejecutar. ¿Quieres conocer algunas de las más interesantes?
Postura seiza
Esta posición es también muy común. La alcanzarás sentándote sobre los talones, con las rodillas flexionadas y dirigidas hacia delante. El ángulo entre la pelvis y la columna te permitirá mantener esta última muy recta y respirar profundamente. Además, aliviará el dolor en la zona lumbar, si es tu caso.
La tensión generada en los muslos puede hacer que sea un tanto incómoda. Por tanto puedes recurrir al zafu, colocado verticalmente, o a la banqueta de meditación como mencionamos antes. De este modo la flexión de las rodillas será menos forzada.
Meditar sentado
Esta posición es adecuada para las personas con problemas osteomusculares. Una silla corriente es todo lo que necesitas. Deberás colocarte ocupando todo el asiento pero sin apoyarte en el respaldo. Los pies deben tocar el suelo de forma relajada, y las manos reposar sobre los muslos.
Es importante mantener la cabeza y la columna muy bien alineadas. Dirige la vista al frente y, si te es más cómodo meditar con los ojos abiertos, mira al vacío para lograr una mayor concentración.
Meditar acostado
Esta posición también es conveniente cuando te falta flexibilidad. Puedes acostarte en la cama o sobre una alfombra, en un espacio amplio, boca arriba y con un soporte bajo el cuello que te ayude a relajarte. Las piernas estarán ligeramente separadas y las manos colocadas sobre las ingles o a los lados del cuerpo, con las palmas hacia arriba.
En esta posición puede resultarte más fácil la concentración. No en vano, es idónea para los principiantes. Puedes meditar así antes de dormir. Conseguirás un descanso más profundo y reparador.
De pie
También es posible acometer este ejercicio mental manteniéndote en pie. Para ello es imprescindible estar descalzo, y tus manos deberán permanecer unidas delante del cuerpo.
Las posturas de meditación que te hemos mostrado aquí son las más frecuentemente utilizadas, y la mayoría muy úitles para principiantes. Te aconsejamos probar varias de ellas hasta encontrar la que más cómoda te resulte para estar relajado y concentrado. ¡Si perseveras descubrirás los múltiples beneficios de esta práctica!