¿Qué ocurre cuando un hijo no quiere saber nada de su madre? Muchas veces este es un sentimiento que se te pasa por la mente porque has relacionado la imagen de las familias de la tele con la tuya. Posiblemente también te sientas culpable al afirmarte íntimamente la frase «no soporto a mi hijo». Nadie dijo que ser padres fuera sencillo.
Cuando las relaciones entre padres e hijos son un infierno
En la vida tenemos muchas expectativas, sobre todo cuando somos jóvenes. A veces soñamos tanto que, cuando despertamos, sentimos el zarpazo de la realidad sobre nuestro rostro. Tener un hijo, haya sido planeado o no, supone un examen de conciencia.
Décadas atrás, tus padres o abuelos te hablaron de la abnegación y el papel de los padres, que deben dar su vida por los hijos, sin importar cómo salgan.
Pero, ¿qué sucede cuando, en vez de un hijo, sientes que tienes a un demonio en casa?
¿Dónde acudir con un hijo problemático?
Afirmar «odio a mis hijos» te puede generar culpabilidad, al mismo tiempo que te vas a sentir reflejado en ellos.
Cabe la posibilidad de que sientas que tus pequeños son completamente opuestos a ti, tal vez porque se te olvida cómo fuiste a su edad.
Si las quejas en el colegio han aumentado considerablemente y en casa la situación parece no cambiar mucho, es el momento de que te preguntes dónde acudir con un hijo problemático, o cuando un hijo no quiere saber nada de su madre o padre.
Muchos padres sienten encontrarle sentido a la vida cuando oyen decir al pediatra que sus hijos no son esos demonios que creían, sino que presentan hiperactividad. Por suerte, y con esa paciencia que a veces se nos escapa, podrás llevar a cabo algunas técnicas que os ayuden a ambos.
Todavía parece que, siendo pequeños, se pueden solucionar muchas cosas, pero ¿qué sucede con los hijos problemáticos mayores de edad? Si te has planteado cómo habría sido tu vida si alguien te hubiese contado cómo son los hijos, seguramente (y bien lo sabes) no habrías hecho ni caso. Así que, mejor olvídate de mirar atrás y analiza lo que puedes hacer ahora.
¿Qué tal hijo/a fuiste?
Cabe la posibilidad que todas esas cosas negativas que ves en tus hijos hayan formado parte de ti cuando eras más joven. Puede ser que uno de los inconvenientes que veas reflejado en ellos sea, precisamente, el paso de la edad. Sin duda, cumplir años nos afecta y, en ocasiones, queremos olvidar algunas de nuestras obligaciones.
Es posible que tiendas a mirar la despreocupación por los hijos y te dé cierta envidia, sobre todo al saber que tienes obligaciones con ellos. Sí, son más los deberes que debemos realizar durante la etapa adulta que los momentos de ocio.
Pero, en todas estas circunstancias de la vida, puedes encontrar puntos muy positivos. Quizás no puedas volver atrás en el tiempo, pero siempre puedes vivir momentos joviales con tus hijos. Acercarte va a ser difícil, y más cuando tus pequeños ya no lo son tanto y han cumplido la mayoría de edad.
Cuando un hijo no quiere saber nada de su madre o padre
Cuando un hijo no quiere saber nada de su padre o de su madre, porque han sido constantes las disputas, no todo está perdido. Seguramente ya sabes lo normal que son los problemas con los padres en la edad adulta.
No niegues que a ti también te pasa. Nunca vas a dejar de ver a tus pequeños como niños, a pesar de que hayan cumplido 40 años. A tus padres les ocurre igual, aunque no soportes que sigan intentando enseñarte. Lo que no sabes es que aún tienes mucho que aprender. Solo recuerda lo que te decían acerca de la manera de criar a tus hijos y cómo ves ahora la situación.
Los tiempos han cambiado, sin duda. Por eso, puedes hacer cosas que tus padres tal vez no hicieron contigo, a pesar de las peleas continuas con tus hijos, la culpa y la preocupación por lo que hacen y con quiénes están no te deja ni dormir. Aunque, si tus pequeños siguen siendo esos pequeños demonios, aún por crecer, no tendrás esa angustia todavía.
Si crees que como padre o madre no eres el mejor, necesitas ser el amigo o amiga que tus hijos pueden necesitar, a pesar de que no te lo digan. Como adulto, te toca llevar primero la bandera de la paz, levantándola bien alto para que tus incrédulos hijos la vean bien. Solo procura que sea sincera.
Te sorprenderá cómo puede cambiar vuestra relación en el momento en que te inmiscuyas en sus actividades. Pero no debes olvidar que, en ocasiones, tus hijos también necesitan su espacio, al igual que lo requerirás tú de vez en cuando.
Analizando todo lo anterior, te darás cuenta de que cuando un hijo no quiere saber nada de su madre o su padre no es que no los quieran. Muchas veces es rebeldía, otras es encontrar ese ser independiente que buscamos. Paciencia y convivencia te pueden ayudar.
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