¿Es posible usar los videojuegos como terapia? La respuesta a esta pregunta es un rotundo sí. Deja de pensar que tus hijos, o tú mismo/a, estáis perdiendo el tiempo. Quizá te convenga conocer la parte positiva de cada partida. ¿Te animas a descubrirla?
Los videojuegos como terapia
La relación entre padres, hijos y videojuegos nunca ha sido demasiado fluida. El famoso castigo, que seguro que has sufrido, de esconder la consola es más contraproducente de lo que piensas. Diversos estudios han confirmado que los videojuegos más jugados ayudan al desarrollo de diversas aptitudes.
Así, jugar habitualmente te permite ganar en rapidez a la hora de resolver un problema. También contribuye a gestionar los sentimientos de ira o frustración, te relaja y te ayuda a evadirte de lo que te rodea durante un tiempo y estimulas el cerebro en un mundo paralelo.
Todo ello provoca el aumento de la materia gris y de la conectividad de las redes neuronales, incidiendo directamente en la inteligencia. Dicho en pocas palabras: los videojuegos proporcionan una forma diferente y divertida de adquirir habilidades que tus hijos no aprenderán de ningún libro.
¿Realmente pueden ayudar?
Seguro que estás pensando que este artículo está patrocinado por una empresa de videojuegos, pero no es así. Jugar habitualmente supone una mayor tendencia a ser sociable, ya que contribuye a ponerse en el lugar de otros al desarrollar la empatía, y ayuda a enfrentarse a retos diversos que han de ser resueltos para seguir avanzando.
Es decir, la relación entre videojuegos y psicología es mucho más estrecha de lo que parece. Si vas a un psicólogo y les recomienda a tus hijos que jueguen durante un rato al día, no le pidas la hoja de reclamaciones.
¿En qué áreas son más útiles?
Lo habitual es pensar que los videojuegos consisten en practicar algún deporte virtual o en acabar con los enemigos, pero no es así. De hecho, se podrían crear dos grandes apartados para entender mejor su importancia.
Para educar
Dentro de los videojuegos educativos también entran esas aplicaciones que usas para aprender idiomas cuando vas en el autobús. Recuerda que de ti depende elegir el título más indicado para tu edad o la de tus hijos. Usándolos es posible conocer otra lengua y desarrollar características muy positivas.
Básicamente, jugar a un videojuego incluye al niño en un grupo con el que comparte sus mismos gustos. Durante la partida, se va desarrollando la aventura, pero también su criterio para entender qué está bien y qué no. Se podría afirmar que cada aventura es un reflejo de lo que será su vida en unos años.
Para que sean educativos has de revisar detenidamente el contenido del juego que elijas. Repasa los comentarios de otros padres y juega alguna partida para comprobarlo personalmente. No olvides que jugar en Internet está muy de moda, pero que también hay que revisar, periódicamente, el tipo de conversaciones que mantienen con otras personas.
La combinación de todos los factores anteriores te permitirá usar los videojuegos para educar en valores a tus hijos. Dosifica las partidas, pero no se las niegues.
Contra la ansiedad
La ansiedad es una de las dolencias más comunes y a las que menos atención se le presta. Muchos opinan que son nervios o que está justificada, pero que termina pasando. Si tus hijos la padecen, has de saber que están viviendo una situación que quizá conozcas en primera persona.
Así, tener unos minutos al día para poder convertirse en otra persona y olvidarse de lo que está viviendo no deja de ser bastante recomendable. Además, no jugar en solitario conociendo a otras personas es muy positivo para que comparta sus inquietudes. Si piensas que encerrarse en su cuarto a jugar le aislará del mundo, estás bastante equivocado/a.
Gracias a los videojuegos es posible racionalizar las emociones. Incluso se lleva a cabo una terapia implícita que termina por facilitar la superación del problema. Los videojuegos y la ansiedad son términos afortunadamente contrapuestos, tenlo en cuenta.
En otros aspectos psicológicos
Los videojuegos cooperativos han de añadirse a los anteriores para reforzar la personalidad. En estos casos, cada jugador tiene un papel concreto que ha de desempeñar para alcanzar la meta deseada. La integración, la solidaridad y el conocer cuánto cuesta conseguir algo en concreto son aspectos intrínsecos y beneficiosos.
El desarrollo de la memoria, la aplicación de la lógica y la mejora de la rapidez mental inciden, directamente, en sus estudios. ¡No tienes excusa! Busca ya el set up perfecto de gamer para que tus hijos disfruten de su afición favorita.
Con un uso máximo de tres horas al día, los videojuegos como terapia ofrecen unos espléndidos resultados. La próxima vez que te pidan uno de estos juegos como regalo no digas la famosa frase «lo que tienes que hacer es estudiar». Seguro que en muy poco tiempo comienzas a descubrir cómo tus pequeños se benefician de convertir su consola de videojuegos en una conexión con el resto del mundo.