Pasar las navidades en familia es algo que solemos hacer todos. Sin embargo, aunque a la mayoría nos gustan estas fechas, siempre hay momentos de estrés. Es más, en algunas ocasiones, seguro que estás deseando que pasen lo más rápido posible. Disfrutar unas navidades especiales es algo que nos planteamos todos los años, pero es fundamental no perder la cabeza.
La Navidad es época de estrés
Para muchas personas, la Navidad es sinónimo de agobio por diversos factores. Uno de los más importantes, casi con total seguridad, es la presión social de esta época. Se han creado una serie de expectativas que parece que debemos cumplir cada vez que llega diciembre.
Lo observarás de diferentes maneras, como en los regalos que se deben hacer. La compra de un detalle para tus seres queridos puede llegar a ser agobiante si no encuentras lo que quieres.
A eso hay que añadir las comidas habituales, no solo con la familia. También es una época en la que se organizan cenas con amigos y de trabajo. Lo que deberían ser momentos de distensión pueden transformarse, algunas veces, en situaciones muy incómodas.
Los actos y eventos se multiplican, especialmente con los niños. Es normal tener la sensación de que no se llega a todo y que por ello pienses que “mi hijo me cae mal“. Conviene que seas previsor y organízate un poco para estas fechas.
A esto se añade que pasar las navidades lejos de la familia tiende a considerarse un momento de tristeza. Se ha asociado esta época con un momento de reunión, y no poder juntarte con las personas más queridas es visto como algo tremendamente negativo. En el fondo, es una pérdida de objetividad la que subyace en estos enfoques, especialmente, cuando las circunstancias que te rodean son positivas.
La familia puede ser muy agobiante
No obstante, es cierto que una reunión familiar puede resultarte un momento de estrés. En algunos casos, el motivo principal es porque algunas personas de la familia son tóxicas o simplemente no te caen bien.
No es fácil congeniar con todo el mundo y algunos caracteres nos provocan rechazo. Por ejemplo, imagina que el pesado de tu cuñado o tu suegro, que poco o nada entiende de tecnología, te pide que le enseñes cómo hacer una buena selfie. Te sientes abrumado solamente de pensarlo, ¿verdad?
Al mismo tiempo, estas fechas pueden traerte a la mente experiencias o momentos tristes, unos recuerdos infelices. Este hecho lo agravas si en Navidad empiezas a evaluar tu vida y consideras, por ejemplo, que ha habido un gran cambio, pero a peor. También estás en disposición de reflexionar en que todo sigue igual y no estás avanzando en tu vida.
No hay que olvidar que con la llegada del invierno, las defensas de tu organismo bajan. Estás en una situación más débil para poder afrontar los contratiempos. Por ello, es importante que cuides la alimentación y, a ser posible, hagas ejercicio para afrontar, no solo los problemas físicos, sino los mentales.
No. No eres el único que lo siente
En ocasiones tendemos a creer que el estrés de estas fechas es algo exclusivo. Sin embargo, no es así. Un informe sobre el estado de inquietud que se vive en estas fechas muestra cómo es algo bastante generalizado. Un dato clave: el 60 % de los participantes en el estudio han reconocido vivir ansiedad y estrés, tanto antes de la Navidad como durante su celebración.
Esos problemas se terminan manifestando a través del insomnio (sufrido por el 58 % de los participantes), dolor muscular (70 %), problemas de estómago (52 %) y dolor de cabeza (57 %).
Todo esto hace que sea muy frecuente el aumento de pensamientos negativos, la irritabilidad y la sensación de falta de control. Los factores principales que influyen en todo ello son los hábitos de consumo (el gasto preocupa al 62 % de los participantes, mientras las compras de última hora agobian a un 54%) y los compromisos sociales, que agotan al 45 %.
Consejo elemental de sobrevivencia en estas navidades
Si quieres pasar unas navidades especiales y, sobre todo, evitar el estrés habitual, conviene que hagas un parón para preparar las fechas.
De hecho, tener un plan de actuación para la Navidad te resultará de gran ayuda. Es cuestión de programar las actividades que vayas a realizar, las personas con las que quieras quedar, los días para salir de compras (eso sí, sin convertirte en un shopaholic), etc.
Al mismo tiempo, conviene incluir un periodo de descanso. Muchas personas optan por tomar unos días de vacaciones. Lo lógico es aprovecharlos para recuperarte del cansancio del trabajo. De lo contrario, correrás el riesgo de terminar más cansado que al principio.
Cambiar el enfoque de estas fechas puede ser también interesante. No se trata de cumplir unos objetivos, como si fuera un trabajo, sino de disfrutar, tanto si estás en compañía de las personas más allegadas como si no. Una vez que estés liberado de la presión, las navidades en familia se transformarán en un periodo mucho más relajado para ti.
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