Tradicionalmente, los puestos de responsabilidad en la empresa estaban reservados a los empleados de mayor edad y experiencia. Pero ahora llega un veinteañero híper formado y, antes de acabar el periodo de prueba, se te ha comido el pastel. Ahora mi jefe es más joven que yo. Lo llaman revolución millennial del trabajo.
Mi jefe es más joven que yo. ¿Qué puedo esperar?
Tres generaciones coinciden actualmente en los entornos laborales: baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964), generación X (entre 1965 7 1980) y millennials (nacidos a partir de 1981). Pero son estos últimos quienes están marcando los parámetros en los que deben moverse todos los demás. Son, por así decirlo, la generación que parte la pana en lo laboral y lidera las nuevas tendencias del mundo de la empresa.
¿Qué significa esto? Pues que, en un tiempo récord, estas nuevas generaciones de trabajadores, han acabado con algunas prácticas que antes eran habituales en el mundo del trabajo:
Del “quiero el informe sobre la mesa, Pérez” al “veamos tus objetivos, colega”.
La rigidez laboral
Atrás quedó rendir tributo a los horarios y pasar lista. A tu nuevo jefe millennial da igual que entres a las 9:00 que a las 9:18. Si desapareces de tu mesa, puede que ni siquiera te eche en falta. O que cuando vayas a explicarle pormenorizadamente que el jueves tendrás que salir una hora antes porque el profesor de zumba de tus hijas se ha puesto malo, se encoja de hombros y te responda con un simple: “vale”.
Los millennials valoran, por encima de muchas otras cosas, la flexibilidad de tiempo y espacio para llevar a cabo su trabajo. También la conciliación de su vida personal con la laboral. Mientras cumplas con tus objetivos, no le importará si trabajas desde un retiro budista. Quizá él te esté escribiendo por Slack en este momento desde las Alpujarras. La tecnología permite la ubicuidad de personas y tareas. Si demuestras que tú también eres capaz de asumir tus responsabilidades sin que nadie te tenga que vigilar, te estarás marcando un buen tanto.
Las relaciones jeárquicas
Antes de nada: las jerarquías siguen existiendo. Si no, tu nuevo jefe millennial no sería tu jefe. Pero es bastante posible que prefiera las relaciones horizontales a las verticales. Al menos en España, se trata de una generación criada en plena expansión de los derechos democráticos posterior a la Dictadura. Muchos de ellos han participado en movimientos sociales o asamblearios. Y, aunque ahora tu nuevo jefe se presente en la oficina con un patinete eléctrico de 2.500 €, ese poso puede persistir y constituir un motivo de orgullo. Si tratas con arrogancia o autoritarismo a otros compañeros, puedes dar una impresión pésima.
El concepto clave aquí es trabajo de equipo. Asumir tu parcela de responsabilidad y saber coordinarte con otros compañeros con distintas habilidades, metodologías o trasfondos culturales, es un buenísimo punto a tu favor.
Tranquilo: a todo se acostumbra uno.
La digitalización
El hecho de que sepas utilizar herramientas digitales no es un motivo para que te aplaudan. Ni siquiera un must. Es algo que, simplemente, tu nuevo jefe millennial va a dar por hecho. Y no sólo eso: la destreza digital también implica el saber encontrar rápidamente una información, ponerla en contexto y compartirla al momento para que otros sigan haciendo uso de ella. Implica preguntar a Google antes que interrumpir a un compañero. Pensar en maneras creativas de resolver un problema y ser capaz de encontrar una herramienta ad hoc para solucionarlo. No se trata de escribir tu informe en Word. A día de hoy es mucho más, se trata de ser completamente autónomo en un mundo digital en el que todo está en permanente cambio.
Mi jefe es más joven que yo. ¿Crisis u oportunidad?
Si mañana llegas a la oficina y tu nuevo jefe lleva pantalones pitillo y se siente más cómodo hablando sobre pokemons que sobre el gol de Kiko en 1992, ¡que no cunda el pánico! Todo depende del esquema mental (tu nuevo jefe dirá “mind-set”) con el que te enfrentes a la situación.
Posiblemente, tu nuevo jefe millennial valora la diversidad
Y seguro que también el resto de tus compañeros. Antes que contemplarte como una antigualla del pasado, ¿por qué no pones en valor tu edad y biografía personal? Los millennials son probablemente la generación más tolerante de la historia. Aún más: suelen contemplar la diversidad como un valor. Si sabes jugar tus cartas, incluso es posible que tu experiencia, bagaje personal y forma de ver las cosas, te hagan resaltar entre todos los demás.
Mejor un empleado apasionado que uno obediente
Los millennials tienen un rasgo tremendamente característico que condiciona por completo su experiencia en el trabajo: son incapaces de hacer algo que no les gusta. Si sus padres tenían dos canales de televisión, ellos tuvieron cuarenta, además de Internet. Si sus hermanos mayores debían esperar a que alguien fuese a Londres para encargarle un disco, ellos han tenido Spotify. Mientras que la elección de sus antecesores se limitaba a “ciencias o letras”, los millennials han tenido acceso a la mayor oferta formativa de la historia.
Así, sin trabas para elegir, muchos de ellos deciden emplear su fuerza laboral en algo que realmente les apasiona. Seguramente tu nuevo jefe sea uno de ellos. Si te gusta implicarte en tu trabajo, hacerlo tuyo y discutir sobre nuevas formas de llevarlo a cabo, serás bienvenido.
Es difícil hacer que un millennial acepte una imposición. De verdad.
¡Lleva la contraria!
Las anteriores generaciones ponían un especial acento en la disciplina y el respeto por la tradición como pilares de la empresa. Literalmente, esto ha saltado por los aires en beneficio de la innovación y el riesgo. En el nuevo mercado laboral, nadie va a valorar que digas sí a todo. Muy al contrario: se espera de ti que pongas en tela de juicio cualquier proceso y que seas capaz de mejorarlo. De nuevo, una actitud revolucionaria que los millennials adoptaron en el 15-M y las letras de Rage Against the Machine y posteriormente han sabido trasladar a su contexto laboral.
Si crees que algo puede mejorarse, investiga cómo. Si piensas que algo debe hacerse de otro modo, hazlo. Si no te importa correr riesgos y prefieres pedir perdón a pedir permiso, es posible que la cagues unas cuantas veces. Pero te llevarás de perlas con tu nuevo jefe millennial. No te preocupes: él también la cagará.
Mi jefe es más joven que yo y ni tan mal
En el fondo, los millennials (incluido tu nuevo jefe), no son más que una expresión de su tiempo. Y ese tiempo, quieras o no, también es el tuyo. Lo que ocurre es que ellos nacieron directamente en él y tú llegaste desde otro en el que las playlists se grababan directamente de la radio y quien tenía un listín telefónico actualizado tenía un tesoro. Ellos han bebido de la digitalización. Tú te has adaptado. Pero en el fondo, estáis todos en el mismo barco.
La sociedad actual está experimentando cambios con una rapidez y profundidad pocas veces conocidas antes. Todos necesitamos del talento de todos para avanzar. Así que, si mañana llegas a la oficina (o te conectas al Teams) y tu nueva jefa parece la hermana pequeña de Lana del Rey y tú más bien el colega de cañas de Bruce Springsteen, no te preocupes: en algún punto os encontraréis.