Con el paso de los años, parece que la sociedad está mostrando una concienciación cada vez mayor acerca de la sostenibilidad.
La transición energética se ha convertido en un desafío compartido por instituciones, empresas y ciudadanos. ¿Sabes cómo puedes aportar? En este artículo te presentamos una oportunidad estupenda para hacerlo: la casa pasiva.
¿Qué es una casa pasiva?
Es un tipo de vivienda caracterizada por el aprovechamiento máximo de la energía, sin necesidad de depender de fuentes externas.
Constituyen una opción ideal para alcanzar la soberanía en términos de obtención eléctrica.
La estética que poseen es muy característica, con el blanco como tono dominante y las líneas simples y minimalistas. Desde el punto de vista arquitectónico, parten de estilos como el modernismo o el funcionalismo. Dicho de otro modo, son una fusión de las tendencias iniciadas en los años 20 del siglo pasado.
Hay otro concepto que surgió hace relativamente poco y que pretende reinventar qué es una casa pasiva. Estamos hablando de los edificios con energía positiva. ¿Qué significa esto? Que pueden generar más energía de la que consumen, partiendo siempre de medios renovables, como el solar o el eólico (sobre todo, el primero).
Otra de sus particularidades que poseen un mayor bienestar, algo que obviamente necesitarás en tu hogar. Los espacios interiores están organizados de modo que la temperatura se mantenga más estable. Esto evita, en la medida de lo posible, las fluctuaciones del exterior.
En este sentido, sería posible prescindir completamente de la calefacción o del aire acondicionado.
Cinco características de las casas pasivas
El concepto de passivhaus ha experimentado grandes cambios durante el último siglo. Como consecuencia, se ha ido adaptando a las necesidades de la sociedad en materia energética. Recuerda que cada vez necesitamos más electricidad para nuestro modo de vida, más aún, si tenemos en cuenta la transformación digital.
Hay cinco características fundamentales para este tipo de edificaciones:
- Rotura completa de puentes térmicos. Las puertas y ventanas cuentan con excelentes prestaciones, y están fabricadas en materiales como el aluminio. Por su parte, las paredes incluyen relleno en espuma de poliuretano, entre otros compuestos que contribuyen a evitar la fuga del calor.
- Efectivo y total aislamiento. El aislamiento debe ser el criterio fundamental, algo que se consigue sellando cualquier posible salida accidental de aire. El objetivo es reducir la demanda energética hasta en un 90 %, aunque todo depende del edificio. Igualmente, el paso del aire debe ser lo más hermético posible.
- Ventilación y prevención de humedad. Para la ventilación, se pretende que la mitad del aire de la vivienda se renueve cada hora. La humedad, por su parte, contribuye a aumentar la necesidad de climatización por lo que resulta fundamental contrarrestarla. Esta es una de las razones que justifican que se suelan incorporar plantas.
- Recuperación del calor. Las puertas y ventanas disponen de elementos que contribuyen a recuperar la energía que pueda fugarse. Generalmente, se pretende que solo se expulse entre el 10 y el 20 % del calor. Lo que se intenta es que la casa se climatice a sí misma, optimizando el flujo del aire.
- Revestimiento blanco y pulido. Este color (igual que otros tonos claros) aprovecha al máximo el espectro de luz visible y también la radiación solar. Como resultado, las paredes externas obtienen mayor energía y la transmiten hacia el interior del hogar. Para ello, es imprescindible que la superficie esté pulida y lisa.
¿Cuánto consume una casa pasiva?
En la actualidad, encontramos distintos criterios que permiten estandarizar lo que es una casa pasiva. En nuestro país se conocen como edificios de consumo casi nulo y poseen un límite de gasto energético de 45 Wh/m².
¿Sabías que puedes convertir tu casa en una casa pasiva?
Una casa pasiva prefabricada puede ser una estupenda opción para que minimices el consumo energético. Está fabricada en materiales aislantes como puede ser la madera o también el aluminio. Lo más importante es que la inversión inicial en términos económicos es más reducida que si optas por una de nueva construcción.
Cierto es que en España este concepto no está tan arraigado como en otros países de nuestro entorno. No obstante, la sociedad está empezando a prestarle más atención y cada vez es más fácil ver viviendas prefabricadas.
Otra de sus ventajas es que disminuyen el impacto medioambiental en el uso del suelo y evitan el desperdicio de recursos y desechos en su edificación.
Después de leer este artículo, esperamos que te hayas inspirado con la que es una opción ideal. Revoluciona tu modo de vida y apuesta por la casa pasiva como forma de adoptar un estilo enfocado al desarrollo sostenible. Las contribuciones personales e individuales son más que pequeños granos de arena, y el planeta necesita tu ayuda.
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