¿Has realizado alguna vez compras compulsivas? De ser así, es posible que lo hicieras para intentar paliar otro problema o para obtener una satisfacción inmediata. A continuación, te comentamos por qué debes intentar corregir tu actitud y cuáles serían las consecuencias de no hacerlo.
¿Es realmente un problema?
Sí. Se puede entender que la publicidad te invite a comprar todo tipo de productos continuamente, pero tú has de saber elegir cuándo parar. El problema reside en que al comprar algo para otra persona sientes que tu gesto es positivo y parece que tu culpabilidad es menor.
Lo que subyace es la identificación de una compra con una recompensa. Para ser feliz no necesitas ni gastar dinero, ni meter en una bolsa un producto determinado. De hecho, ser tú mismo te hará más feliz que gastar demasiado dinero en algo que no necesitas y que puede terminar por provocarte un problema de liquidez.
Perfiles de compradores
En torno a un 6 % de personas son compradores compulsivos. Diversos estudios han confirmado que hay dos perfiles que se repiten:
- Un hombre adicto al juego y con un nivel bajo de dependencia a la recompensa social. Es decir, la ludopatía y el no ser recompensado socialmente lleva a la persona a encontrar sustitutos en cada compra que realiza.
- Una mujer con estudios, empática y sin problemas de integración social. Es quizá el que más sorprende, ya que sin adicciones previas, este tipo de mujer cae en el impulso de comprar continuamente. Se suele confundir el darse un capricho ocasional (algo muy positivo) con una actitud prolongada en el tiempo que termina provocando consecuencias no demasiado positivas.
Un tercer perfil incluye a mujeres con problemas en sus estudios o en su puesto de trabajo. Son habituales los cuadros de ansiedad y de depresión, una alteración que, como ahora te comentaremos, parece ser una de las causas principales de esta adicción.
La relación entre las compras compulsivas y la depresión
Depresión y compras compulsivas suelen ir de la mano. El 50 % de las personas que compran por impulso también padece depresión. Asimismo, hay otros problemas como las dificultades para regular las emociones, una autoestima baja y serios problemas para controlar el estrés.
Curiosamente, las mujeres apuestan más por la cosmética y la ropa. Los hombres por la música, la informática y los complementos para su coche. En ambos casos, la posibilidad de acceder a internet multiplica el riesgo, ya que nos permite realizar una compra en segundos. Aun así, parece que los compradores compulsivos prefieren ir a la tienda física o al centro comercial correspondiente para poder elegir mejor lo que van a adquirir.
Incide en esta actitud cómo el materialismo se identifica cada vez más con el éxito social. Es decir, el tener un producto concreto puede convertirse en la válvula de escape para vernos de forma distinta. Lo que solemos ignorar es que este comportamiento es un círculo vicioso.
¿Qué quiere decir esto de mí?
Los psicólogos y los psiquiatras concluyen que tras un comprador compulsivo hay una persona con los siguientes rasgos:
- Una preocupación exagerada por la moda y por la apariencia física.
- Una autoestima demasiado baja. Buscas trasmitir una imagen distinta para conseguir el reconocimiento social que no tienes.
- Tienes distintas carencias y vacíos que has de cubrir. Para hacerlo, en lugar de asistir a la consulta de un profesional prefieres comprar algo para distraerte.
- Tu educación no fue la correcta. Quizá te mimaron demasiado y te daban todos los caprichos. Esa inmediatez es justo la que ahora llevas a cabo por no conocer otra manera de comportarte.
El problema reside en que cada compra te provoca una excitación que dura lo mismo que el tiempo de compra. Lo malo es que ese placer se va apagando poco a poco para dejarle espacio a la ansiedad y a la culpa.
Además, es importante subrayar que no siempre somos conscientes de que la padecemos. Por lo tanto, de tener alguno de los síntomas anteriores debes confiar en profesionales de la psicología o de la psiquiatría para que te ayuden.
Necesito parar, ¿qué hago?
¿Cómo parar las compras compulsivas? Aparte de pedir ayuda profesional, has de intentar controlar tus impulsos de diferentes formas:
- Alejarte del mundanal ruido. Descubre qué es un retiro espiritual e intenta usar algún tipo de técnica para relajarte todo lo posible.
- La meditación. Prueba diversas posturas para meditar en casa y confía en esta disciplina para regular tus impulsos de manera más eficaz.
- El autocontrol. Hay algunas terapias específicas que contribuyen a frenar esas ganas de comprar compulsivamente.
Repasa los consejos anteriores para conseguir que tu vida cambie a mejor. Las compras compulsivas pueden formar parte del pasado siempre que te esfuerces lo suficiente. En tus manos está el probar y el poder comenzar una nueva etapa más tranquila.