¿Has notado que, con el paso de los años, las luces del coche han ido perdiendo transparencia?, ¿notas que están tiñéndose de un color amarillento? Es hora de hacer una buena limpieza de faros de coche. ¿Cómo? Veamos punto por punto cómo eliminar la suciedad y la rugosidad de las luces de tu vehículo para que vuelvan a lucir como el primer día.
- Lavar los faros. Los faros pueden acumular polvo, restos de barro u otros agentes. Lo primero que debemos hacer antes de lijar y pulir, es asegurarnos de que la superficie con la que vamos a trabajar está libre de suciedad. Con un paño, agua tibia y jabón a discreción ya sólo nos quedará el secado.
- Proteger las zonas cercanas. Antes de lijar y pulir, es fundamental cubrir toda el área alrededor del faro para evitar posibles daños en la pintura. Para ello, puedes utilizar cinta de carrocero o cualquier otra alternativa que te garantice no dejar ningún resto al retirarla. Además, si quieres, puedes añadir a la cinta otro tipo de materiales como plásticos para ampliar la zona cubierta. ¡Toda protección es poca!
- Lijar los faros. Lo siguiente que vamos a hacer es acabar con las zonas opacas de nuestros faros mediante el lijado. Este procedimiento puedes hacerlo automáticamente, mediante el uso de una lijadora o de forma manual. Lo importante aquí es que utilices el grano de lija adecuado. Normalmente, las de grano 400 son las idóneas para la primera etapa del lijado, luego se puede aumentar a 1000 para terminar con una de 2000. De igual forma, nuestra recomendación es que, ante la duda, consultes con alguna tienda especializada para tener una orientación personalizada en función del tipo y estado del faro. ¡Ah! No olvides que los movimientos deben ser circulares, que las lijas deben estar constantemente mojadas (puedes utilizar un pulverizador de agua) y que, una vez terminado el lijado, debes volver a lavar y secar la zona para quitar el polvo generado durante el proceso.
- Pulir los faros. En este paso, puedes utilizar un producto fabricado exclusivamente para este fin o pulimento líquido con siliconas. Para realizar esta tarea, emplea una pulidora o el taladro con un disco de lana a una velocidad de baja a media, ya que de otra manera se pueden estropear los faros. Por último, pasa un disco de lana limpio sin líquido para limpiar la superficie. ¡Ojo! Es importante que estos líquidos no entren en contacto con la pintura del coche. Si esto ocurriera, debes lavar esa parte con abundante agua.
- Aclarado final y secado. Para terminar con un acabado perfecto, no olvides volver a lavar los faros con agua y jabón. Una vez hecho esto, utiliza una bayeta limpia para el secado y… ¡tarea resuelta!
Ahora que ya sabes cómo limpiar los faros del coche amarillentos, ya solo te queda hacer una buena limpieza a fondo del coche, para que parezca como recién salido del concesionario.
No olvides que circular con una correcta visibilidad es fundamental para prevenir posibles percances con tu vehículo. Sin embargo, no lo es todo. Además de las revisiones mecánicas rutinarias, no debes olvidar contar con un seguro personalizado que dé respuesta a tus necesidades ante cualquier imprevisto. ¡En Zurich Klinc tenemos el perfecto para ti! Consulta nuestro seguro de coche a todo riesgo y déjate proteger.